Expertos de la UdeC investigan efecto de metales pesados y elementos raros en fauna silvestre de ambientes marinos
Tras casi dos años de trabajo, expertos de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Concepción en conjunto con investigadores nacionales e internacionales, han demostrado que los metales pesados están presentes en todos los ambientes y regiones del planeta, incluso en lugares tan lejanos como la Antártica.
El grupo de investigación, liderado por el académico del Departamento de Ciencia Animal, Dr. José Enrique Celis, está enfocado en estudiar los efectos de los metales pesados en fauna silvestre, principalmente en ecosistemas marinos. El equipo de trabajo está integrado también por el Dr. Ricardo Barra del centro EULA, el Dr. Gustavo Chiang de la Fundación Melimoyu y desde el extranjero participa la Dra. Karen Kidd de Canadá y el Dr. Shosaku Kashiwada de Japón. Se destaca también la participación del Dr. Daniel González, de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UdeC, quien ha aportado con valiosas muestras que él ha recolectado en sus campañas de terreno.
De acuerdo a lo manifestado por el Dr. José Celis los resultados encontrados hasta ahora abren enormes interrogantes, ya que los contaminantes químicos, muchos de los cuales están en las pinturas, pesticidas, medicamentos, limpiadores o aceites industriales, son altamente tóxicos para los mamíferos, llegando incluso a provocar cáncer.
Cabe destacar que los metales pesados, como el plomo, mercurio, aluminio, cadmio, arsénico, entre varios otros, en Chile poco se conoce respecto de los riesgos que representan no sólo para la fauna silvestre, sino para las personas al exponerse a estos contaminantes. “Un estudio reveló hace algunos días, que en Coronel varias personas de diferentes edades presentaron gran cantidad de metales pesados en sus organismos; cabe mencionar que en Coronel existen cuatro termoeléctricas, siete pesqueras, un vertedero de cenizas y tres parques industriales. En Arica, la presencia de plomo y arsénico data desde al menos mediados de los años ’80 y las consecuencias han sido reportadas en malformaciones, abortos espontáneos y ciertos tipos de cáncer, entre otras manifestaciones clínicas”, explicó el Doctor en Ciencias Ambientales, José Celis, quien además precisó que, “recientemente se ha descubierto que el tántalo, un metal muy raro del cual poco se sabe, se puede acumular y transferir en las cadenas tróficas acuáticas. Estos resultados fueron obtenidos gracias a la investigación de tesis doctoral de Winfred Espejo, quien ha recopilado información de ambientes marinos costeros del norte de Chile, la Patagonia y la Antártica. Cabe mencionar que los resultados de esta investigación han sido publicados en la prestigiosa revista científica ‘Environmental Science and Technology Letters’ y ha sido divulgado en el encuentro de amenazas sobre el medioambiente que se realizó recientemente en Washington, Estados Unidos”. Dicho artículo se puede encontrar en el link: https://pubs.acs.org/doi/abs/10.1021/acs.estlett.8b00051.
Según explicó el Dr. Celis, el problema del tántalo es que pertenece a un grupo de metales llamados “elementos críticos tecnológicos” y que se utiliza para el desarrollo de celulares, computadores, televisores, automóviles híbridos, energías renovables, biomedicina, entre otras cosas. “El problema es que la demanda por estos productos seguirá aumentando, por lo que elementos como el galio, germanio, lutecio, lantano, cerio, platino y otros seguirán manifestándose en el ambiente con consecuencias desconocidas para la salud de las personas, pues siendo vertebrados los humanos consumimos productos del mar, que es donde los estamos encontrando hasta ahora”.
Con la aparición de estos metales tecnológicos, los investigadores pretenden obtener financiamiento con nuevos fondos para continuar con esta línea de trabajo, ya que estos ‘elementos raros’ se están bio-magnificando, lo que significa que están transfiriéndose a través de la cadena alimenticia, lo que perjudicaría finalmente al hombre. “La idea de todos estos estudios es sentar las bases para, primero llamar la atención, y segundo para comenzar a establecer medidas de control mucho más severas en los lugares donde se procesan las materias primas que conllevan la introducción de estos elementos pesados al ambiente, y por último, aportar al conocimiento científico para estudiar los efectos fisiológicos en el hombre y como poder abatir los impactos dentro de los ecosistemas”, puntualizó el Dr. Celis.