El concepto o movimiento mundial sobre “One Health” (Una Sola Salud) es una estrategia que busca potenciar la colaboración interdisciplinar en el cuidado de la salud de las personas, animales y medio ambiente, algo que está cobrando mayor fuerza considerando diversos aspectos como, por ejemplo: el crecimiento de la población humana, el daño a los ecosistemas y el cambio climático.
La variación en las condiciones climáticas y ambientales que vienen ocurriendo en nuestro país (incendios forestales e inundaciones) han perjudicado no solamente a las personas, sino también a los ecosistemas, animales y fauna silvestre.
Así lo explica la Dr. Paula Gädicke L´Huissier, Médico Veterinaria del Departamento de Patología y Medicina Preventiva y Directora de Escuela de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Concepción. “Los seres vivos, sean animales, personas, virus, bacterias, comparten un ambiente al cual están adaptados y muchas veces están en equilibrio, el cual puede ser muy frágil. Si las condiciones ambientales se alteran, en este caso por el cambio climático, los agentes se pueden mover hacia poblaciones que no estaban adaptadas a él, o que no tienen una adecuada inmunidad… también las personas y los animales cambian sus comportamientos, producto del excesivo calor o frio o lluvia en lugares que no eran habituales y eso los hace más susceptibles y así aparecen las epidemias”.
En este sentido, la académica agregó que las contribuciones de la epidemiología demuestran que el concepto de salud es único, “ya que animales y personas convivimos en un mismo ambiente y estamos expuestos a agentes infecciosos (bacterianos, virales, micóticos) que nos pueden afectar a ambos…. Si cambian las condiciones ambientales las interacciones entre los microorganismos, las personas y los animales también se altera y pasa lo que vivimos con la pandemia por Covid-19”.
La salud de las personas y la sanidad animal y ambiental son interdependientes, por ello, agregó la experta, es necesario estar alerta y prevenir la aparición de nuevas enfermedades. “Las poblaciones de animales silvestres muchas veces son reservorios de algunas enfermedades… no significa que todas lo sean, pero en forma natural pueden estar infectados con una enfermedad que puede ser letal para el humano y a ellos no les causa daño, esas son las zoonosis. Podemos citar como ejemplos a importantes enfermedades que han modificado su epidemiología por el cambio climático: la Influenza Aviar, una de las hipótesis de que haya avanzado hacia la zona central del país este verano, es que por la escases de agua, las aves viajaron agua arriba de los ríos, buscando grandes cuerpos de agua, así tienen contacto con las aves residentes y luego pasa el virus fácilmente a las aves domésticas. El Virus Hanta, favorecido por el movimiento de las poblaciones de roedores reservorios como causa de los incendios o las inundaciones. Malaria, Cólera, Desnutrición. Estrés Térmico, Hipotermia, Asma, Tracoma (infección ocular que causa ceguera), enfermedades cardíacas y respiratorias, entre muchas otras”.
Ante esta realidad, la Dra. Paula Gädicke finalizó refiriéndose a los desafíos pendientes. “Debemos estar preparados, respetar los ecosistemas, fortalecer la investigación, reforzar las capacidades de los sistemas sanitarios y fortalecer la comunicación. La idea es prevenir o reducir los efectos del cambio climático sobre la producción pecuaria y sobre las enfermedades, incluidas las transmisibles al hombre. Actualmente las tres enfermedades emergentes citadas con más frecuencia por los miembros de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) son: la lengua azul, la fiebre del Valle del Rift y la fiebre del Nilo Occidental. Las tres son enfermedades transmitidas por vectores, cambió la ubicación del vector y la enfermedad avanzó a otros territorios encontrando poblaciones desprotegidas”.
Por Francisca Olave Campos.