Al igual que para los humanos la llegada de la época primaveral es sinónimo de alergias, las mascotas también pueden experimentar reacciones de hipersensibilidad de fácil detección como exceso de estornudos, rasquidos intensos, lamido de patas, otitis recurrentes, moquillo frecuente, silbidos o dificultad para respirar.
Justamente es en esta época del año en el que se produce un aumento de consultas en las clínicas veterinarias. Así lo explica la Dra. Tania Agurto, de la Clínica Veterinaria de la UdeC, en Concepción.
“Tanto perros como gatos, que es lo que más atendemos en la clínica de la universidad, presentan cuadros alérgicos. Principalmente se presentan tres tipos de alergias; hipersensibilidad a la picadura de la pulga, alergias alimentarias y la atopía que se puede acentuar en esta época de primavera-verano. Estos tres tipos de alergias se presentan, en su mayoría, con cuadros dermatológicos”, precisó la experta, quien además se refirió a cada una de ellas.
Sobre la hipersensibilidad a la picadura de la pulga señaló que esta puede detectarse cuando existen síntomas cutáneos que hacen que las mascotas se laman constantemente o aparezcan ronchas en la parte posterior del lomo, mientras que las alimentarias se reflejan en reacciones adversas frente a la proteína del alimento sin importar la marca o calidad de este.
Respecto de la atopía (que es una reacción a agentes ambientales) explicó que “cuando llegamos a este diagnóstico, puede ser por diversos factores como el polen, el pasto, ciertos ácaros del polvo, por eso frente a las crisis alérgicas que presenten es necesario que consulten con médicos veterinarios, para indicarles qué tratamiento aplicar, sobre todo porque en el caso de los gatos, las alergias atópicas pueden ser un ‘síndrome atópico felino’, y eso incluye la parte dermatológica, la parte respiratoria (asma felino) y trastornos gastrointestinales también”.
TRATAMIENTOS
Según lo explicado por la Dra. Tania Agurto, si las mascotas son alérgicas, es necesario que los tutores mantengan una limpieza contante en el entorno en el que habitan los perros y gatos, mantener los productos irritantes fuera de su alcance, conocer o detectar cuál es el alérgeno (ectoparásitos, ambiental o alimentario) que provoca los cuadros alérgicos, mantenerlos desparasitados o evitar ciertos alimentos, pero lo esencial es acudir a un especialista.
“Lo que nosotros hacemos es realizar exámenes dermatológicos. Solemos tomar citologías, para ver qué tipo de células hay, ver si existen bacterias o levadura, y eso hay que tratarlo con soluciones antisépticas o antimicóticos para combatir las levaduras. También vamos descartando patologías infecciosas como por ejemplo que no sea sarna o dermatofitosis (tiña), y una vez que descartamos todo lo infeccioso, trabajamos en torno a la alergia”.
Finalmente, la Dra. Agurto hizo un llamado especial a no medicar a las mascotas con prescripciones para humanos, ya que sus reacciones son diferentes al de las personas. “No deben medicar sin supervisión de un médico veterinario, ya que fármacos por muy pediátricos que sean pueden ser muy tóxicos para las mascotas. Cuando nos consultan nosotros podemos enseñar a los y las tutoras a identificar los signos cuando tienen estas crisis y les entregamos protocolos de qué hacer frente a estas situaciones”, puntualizó la profesional reforzando la idea que animales y humanos necesitamos dosis y medicamentos diferentes, ya que de lo contrario la automedicación incluso puede ser fatal para la mascota.
Por Francisca Olave Campos