Trichinella y puma: el riesgo de alimentarse tras la caza furtiva
Una de las importantes funciones de quienes ejercen la medicina veterinaria es velar por la inocuidad alimentaria. Esto ha favorecido que muchas enfermedades transmitibles desde los alimentos puedan ser adecuadamente prevenidas. El control de estas enfermedades es relativamente fácil en producciones que se mantienen dentro de los marcos legales con faena de animales en plantas autorizadas para esos efectos. El riesgo aumenta cuando se trata de producción campesina con faena domiciliaria o animales de caza, ya que, en esos casos, buena parte del control depende de la educación y de la voluntad de las personas en realizar las medidas que permitan garantizar la sanidad de sus animales o de los animales cazados. Sin embargo, el riesgo se descontrola cuando se trata de caza ilegal de animales, dado que, por la naturaleza de la práctica, es muy difícil que esos animales sean sometidos a una inspección médico veterinaria.
Fue así como tras una denuncia anónima en septiembre del 2020, se encontró en la comuna de Pemuco restos de un puma que fue cazado. Los restos fueron analizados en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Concepción, y tras la examinación se encontraron en el músculo larvas de Trichinella. Luego de los análisis moleculares se determinó que correspondían a T. spiralis, el principal agente responsable de la triquinosis humana (triquinelosis).
La triquinosis es una enfermedad producida por la migración de las larvas de esta especie. Tras el consumo de la carne, las larvas presentes en ésta maduran en el intestino de la persona que la consumió y una vez que son gusanos adultos se reproducen. Las larvas hijas abandonan el intestino y por la vía circulatoria llegan a los músculos donde se terminan encapsulando. Es precisamente esta migración y la penetración de los músculos la que puede generar un cuadro febril severo en las personas, llevándolas incluso a la muerte.
Este parásito ya había sido identificado previamente en un puma en Chile por científicos y científicas de la Universidad de Concepción en colaboración con pares de Argentina (https://doi.org/10.1515/helmin-2015-0057), así como también en otros países de América. También se ha identificado a esta especie en numerosas otras especies de carnívoros en el mundo, como cánidos o mustélidos, por lo que se sabe que los carnívoros representan un importante riesgo de infección.
Este hallazgo de T. spiralis en un puma cazado ilegalmente es una evidencia que la caza furtiva de animales protegidos no sólo es un tema importante desde el punto de vista de la conservación de la fauna, sino que también del cuidado de la salud de las personas. Los detalles de este hallazgo y la identificación molecular del parásito fueron recientemente publicados en la ‘Revista Brasileira de Parasitología Veterinária’, y se puede acceder en el siguiente enlace: https://doi.org/10.1590/S1984-29612021033.
Fotografía: Gentileza Servicio Agrícola y Ganadero, Región de Ñuble