Especialista UdeC y hongo del gato: “Hay que mantener a los gatos dentro de la casa”
Han pasado pocos días desde que se anunciara la presencia en Chile de la esporotricosis felina y los casos de gatos domésticos infectados superan los diez, registrándose además el primer contagio humano por contacto con su mascota, la que debió ser sacrificada.
El hongo endémico de Brasil Sporothrix brasiliensis -presente también en países de la región, como Argentina y Paraguay- es el causante de esta patología zoonótica; es decir, que puede transmitirse de animales a humanos.
Es una micosis subcutánea que tiene entre sus signos más comunes la aparición de lesiones únicas o múltiples en la piel del felino, comenta la médico veterinaria, Tania Agurto Aedo.
“Son una especie de nódulos ulcerados que pueden salir principalmente en la cara o en el tronco; también puede comprometer las mucosas nasales, conjuntival, oral o genital. El problema es que estas lesiones se confunden con tumores como el carcinoma de células escamosas y otras infecciones en la piel, por eso es importante el diagnóstico”, explica.
Esa es la forma más visible de la enfermedad, ya que la esporotricosis provoca, además, rinitis y problemas respiratorios.
“Lo peor es que el hongo puede diseminarse por el cuerpo y afectar a cualquier órgano. Allí, el gato puede presentar letargia, falta de apetito y fiebre, y llegar a la muerte”, agrega la especialista en medicina felina.
La profesional de la Clínica Veterinaria de la UdeC señala que Sporothrix, que se encuentra comúnmente en el suelo y en materia orgánica, fue descrito en Brasil hace más de 20 años y que en Chile solo se habían reportado casos aislados.
Se contagia desde el ambiente a personas -en quienes produce lesiones cutáneas que son tratables- y gatos por inoculación traumática del hongo en la piel con plantas (por ejemplo ramas); contacto con suelo contaminado y menos frecuentemente por inhalación de conidias (esporas).
‘’Un gato contagiado puede infectar a otros gatos o personas a través de rasguños o mordidas y como los gatos tienen el hábito de marcar el territorio, van inoculando el hongo en distintos lugares y así se mantiene en el ambiente”, explica la académica, quien indica que los más afectados son los machos no castrados que suelen vagabundear.
El tratamiento considera el uso de antimicóticos orales o inyectables; cirugía o criocirugía, o una combinación de ellos. “Pero son tratamientos largos, de meses e incluso años y a veces los gatos pueden estar clínicamente curados, pero pueden recidivar, es decir que la enfermedad puede reaparecer”.
Por tratarse de un enfermedad emergente en Chile, las clínicas aún no cuentan con todas las pruebas diagnósticas como en Brasil, donde el hongo está bien estudiado. “Por eso, lo que tenemos que hacer como veterinarios para acercarnos al diagnóstico es ayudarnos de cultivos, muestras citológicas de cualquier lesión cutánea que presenten los gatos, de los órganos que sospechemos están infectados y de fluidos corporales, y hacer PCR dentro de lo posible”, detalla la académica de la Facultad de Ciencias Veterinarias. Por otro lado, la doctora Agurto agrega que el Test de Elisa es una herramienta que ayuda al diagnóstico a través de la detección de anticuerpos, “pero no está masificado, porque no es una enfermedad que se presente mucho en las clínicas”.
Gatos dentro de la casa
La especialista dice que para evitar el contagio, la medida más importante es la prevención y eso se logra manteniendo a los gatos dentro de las casas, para evitar tanto el contacto con el hongo del ambiente como con animales infectados.
“Mantener a un gato indoor no es difícil; lo que pasa es que en Chile aún no hay una tenencia responsable. Está la idea de que el gato tiene que salir y no es así. Un gato puede vivir perfectamente en una casa y no necesita un gran espacio. Además, no solo evitamos que se contagie con el hongo, sino también de sida o leucemia y muchas enfermedades más, o bien que lo atropellen”.
También es importante que las mascotas estén al día con sus controles médicos, antiparasitarios y vacunas al día; consultar al veterinario ante cualquier lesión sospechosa, no dar medicamentos al animal sin un diagnóstico y evitar el contacto con las heridas, indica Aguilar.
La especialista advierte que hay factores que favorecen la circulación del del agente infeccioso, como el hecho de que no exista obligación de denunciar la enfermedad cuando es diagnosticada. “Eso hace más difícil su seguimiento”, afirma.
Por otro lado, en caso de muerte o la aplicación de eutanasia, la indicación es incinerar el cuerpo del animal, ya que al ser enterrado el animal continúa contaminando el ambiente.
Finalmente, añade que la extensión de los tratamientos también influye en la diseminación del hongo. “En Brasil, pese a que tienen las herramientas para el diagnóstico y tratamiento, y mucha investigación, el problema es el abandono de las terapias o de las mascotas. Eso hace que el hongo se mantenga en el ambiente. Ese es el problema que tienen ellos y que podemos tener nosotros a futuro”.
Para la académica este tipo de patologías emergentes requieren de estudio y seguimiento, como ocurrió en su momento con el Covid, y si no se declara la obligación de denunciarla, “se puede continuar propagando como cualquier otro tipo de enfermedades”.
Sin embargo, aclara que en Chile existen los fármacos para el tratamiento de la sporotrichosis y, por ello, “el contagio y la enfermedad en los gatitos no es motivo de eutanasia ni abandono si se busca atención veterinaria”.
Por Dirección de Comunicaciones